Una mujer y su exesposo murieron apuñalados al pelearse entre sí, en su casa y delante de sus dos hijos, en un dramático episodio ocurrido en la localidad bonaerense de Quilmes.

Todo se desencadenó cuando la mujer se defendió de una primera agresión del hombre, quien a pesar de estar malherido volvió a atacarla hasta matarla y finalmente falleció.

Las víctimas fueron identificadas por la Policía como Lía Aguirre García (32), quien residía junto a sus hijos de 6 y 8 años, y Mauricio Beltrán Saravia (53), quien estaba separado de la mujer.

Un vecino fue quien avisó al 911 y contó a los efectivos que los hijos de la pareja estaban en estado de pánico y le habían dicho que “su padre habría matado a su madre” minutos antes.

Ante esta situación, los policías avisaron a la fiscal de turno, Mariana Curra Samaniego, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Quilmes, quien dio el aval para ingresar a la propiedad, en la que funciona un local poli rubro y una casa en la parte posterior.

Al ingresar, los efectivos encontraron los cuerpos de ambas personas junto a una pistola marcha Thunder calibre .380, con un cargador junto a ella, y una cuchilla con manchas hemáticas.

Rápidamente, la fiscal se dirigió al lugar y ordenó el relevamientos de las cámaras de seguridad y las pericias a cargo de la Policía Científica.

Según las primeras diligencias, Beltrán Saravia y Aguirre García se encontraban separados hace aproximadamente un año y medio y compartían un régimen de visitas con los hijos de ambos. Un investigador indicó que al hombre le tocaba pasar el día junto a sus hijos y los fue a buscar a la casa de su exesposa. En esas circunstancias y por motivos que se intentan establecer se desató el episodio.

La primera hipótesis que manejaron los investigadores apuntó a un posible homicidio seguido de suicidio, pero los peritajes determinaron rápidamente que ninguna de las heridas que presentan las víctimas habían sido autoprovocadas.