A Eugenia Tobal se la ve en una etapa de armonía. Con 42 años, la actriz está trabajando (forma parte del elenco de Rizhoma Hotel, graba una nueva ficción para Telefe y filmará una película en diciembre) y disfruta desde hace unos meses, su noviazgo con Francisco.

Pero lo que más la entusiasma en este momento es otra actividad, La actriz está estudiando la carrera de Coaching y Liderazgo y lo hace junto a alguien muy especial: su madre.

“Mi mamá tuvo una operación de un cáncer en marzo y hace rato que quería estudiar esto. Ella es docente y yo la incentivé para hacerlo. Se me ocurrió cursarlo juntas, se lo propuse y nos largamos”, cuenta. “A los 73 años, es una mujer con mucha pila y a mí me pareció un planazo estudiar juntas”, asegura.

La carrera dura dos años y una vez por semana madre e hija van a las clases que se dictan en una institución en San Isidro. “Es un compromiso de las dos y lo más lindo es compartir con ella la experiencia. Esta es una carrera aplicable para la vida y a futuro también es otra herramienta de trabajo”,cuenta. “Antes estudié relaciones públicas así que no estoy tan alejada; todo lo social me gusta”.

Tobal repasa la rutina que hace junto a su madre, como estudiantes. “Una vez por semana cursamos juntas en San Isidro. Yo vivo por allá pero ella se viene desde Castelar, le pone mucha voluntad y yo, por supuesto, no le puedo fallar. Así que después de la clase, se queda a cenar en casa y a dormir. Y al otro día se va a trabajar a su escuela”.

La actriz se conmueve contando la difícil experiencia de su mamá y cómo supera esa situación. “Es muy motivador para ella que pasó por un cáncer de boca y en el curso hay que hablar mucho. Así es un gran desafío de superación para ella. Es un regalo hacerlo juntas. Para mí es algo maravilloso”.

En un momento de madurez, reflexiona: “Cuando pasás lo 40, empezás a ser un poco padre y madre de tus padres y por eso me parece importante aprovechar al máximo el vínculo con ellos, si tenés la fortuna de tenerlos y llevarte bien. Sobre todo para que no te quede nada pendiente”, cuenta. “Para mí es una experiencia hermosa”.