“Mis dos raíces son bien artísticas: la parte actoral la saqué de mi familia materna y la musical, de mi papá”. Así se define Thaís Rippel, la actriz que debutó en Simona como Chipi, la hermana adoptiva del personaje que interpreta Ángela Torres.

Tiene 17 años, está en el último año de colegio, su padre es brasileño, su madre, argentina y ella nació en Buenos Aires. Con su piel morena y sus rizos en el cabello, Thaís supo ganarse al público de las noches de El Trece por el vínculo que tiene con los personajes y también con el dúo que formó con Simona en el que canta y baila.

“Mi papá se fue a vivir a Brasil cuando yo tenía nueve años. Lo veo una o dos veces al año”, cuenta a Teleshow, y agrega que él tuvo que hacerle un permiso a su madre para que tuviera el poder laboral de la joven en Argentina: “Siempre le consulto todo. Si está de acuerdo, o no, cuando surge alguna posibilidad de trabajo”.

Nódulos en las cuerdas vocales, el puntapié para comenzar su carrera

Thaís cuenta que cuando era chica “tenía los dientes muy separados”, lo que le hacía perder aire al hablar. Además, le provocaba voz ronca. También descubrieron que tenía nódulos en las cuerdas vocales y el fonoaudiólogo le sugirió que tomara clases de canto o que hiciera un tratamiento.

“No me gustaba mi voz. No estaba conforme. La escuchaba con aire. Me hice estudios y descubrieron que tenía nódulos en las cuerdas vocales. Pude haber hecho un tratamiento pero yo le dije que prefería cantar antes que hacer otra cosa. Mi pasión siempre fue cantar, actuar y el teatro”, cuenta quien baila desde que tiene cuatro años.

A los 14 años comenzó a estudiar y descubrió un mundo nuevo en el que se enamoró de su manera de cantar. “Me explicaron cómo funciona la voz, cómo usar el aire y toda la parte técnica para poder hablar bien. Yo sentía lo nódulos y mi profesor hizo que cantar y hablar fuera lo más lindo. Cuando se me curaron los nódulos y me encontré con mi voz, me pareció hermoso. Me agarró una pasión enorme por la música y hasta el día de hoy sigo viendo mejorías. Además, aprendí a hablar bien”, continúa quien nunca más tuvo problemas en sus cuerdas vocales.