Fue construido gracias a un proyecto ideado y presentado por el Capitán de Navío Obel Renard, jefe de la división de hidrografía, faros y balizas, un 18 de septiembre de 1916. Cinco años después, el 1° de noviembre de 1921, a las 18:30 horas, se hace despertar al gigante vigía. El Faro Quequén, iluminando una distancia de más de 42 kilómetros, vela por la vida de los navegantes para llegar salvos a destino.

Está ubicado en calle 541 entre 514 y 516 y su torre de 34 metros de altura, permitiendo una vista inigualable a 64 metros sobre el nivel del mar, de la costa de Necochea y Quequén.

Su situación geográfica es latitud 38º 34’ 03” sur, longitud 058º 41’ 30” oeste, denominada Faro Quequén, cuyo nombre deriva del río homónimo, que en lengua Mapuche Kem Kem significa “barrancas altas”, una torre de 34 metros de altura, de cemento armado de forma tronco de cono, pintado de blanco, con la plataforma y garita de negro, con una escalera caracol interna de 163 escalones, 8 ventanas de bronce, garita de paredes de hierros fundido y techo de cobre con ventanas y vidrios cónicos de 8 mm, con una altura sobre el nivel del más de 64 metros, cuyas características lumínicas, suministradas por un equipo a gas acetileno, consistía en tres destellos blancos cada 20 segundos y un alcance lumínico de 21 millas náuticas.

Esta idea, presentada ante la Dirección del Material, al comienzo del año 1920, consistía en determinar los estudios A.F.A (apto, factible y aceptable) para llevar a cabo la construcción de una torre de más de 30 metros de altura en las casi más de dos hectáreas (manzana 53, 58 y 59 del pueblo de Quequén) cedidas como donación por el Dr. Pedro Iturralde, en aquel entonces presidente de la sociedad anónima y puerto Quequén, conforme al decreto de fecha 31 de enero de 1920, firmado por el presidente Hipólito Yrigoyen.

Fue así como el anteproyecto, diseñado por el ingeniero civil Jorge Dobranich, en aquel entonces Jefe de la División Ingeniería Civil de la Dirección del Material fue aprobado del 7 de marzo de 1920.

Casi cuatro años después de la idea presentada por el jefe de la división de hidrografía, faros y balizas, un 16 de diciembre de 1920, a través de una licitación pública, el Contraalmirante Ramón González Fernández, Director General del material, en representación del Ministerio de Marina, Ad-Referendum del Poder Ejecutivo Nacional, firma con la empresa Dyckerhoff & Widmann, el contrato de construcción del faro, por la suma de $ 62.500 moneda nacional, el cual debía ser entregado en un plazo de 120 días.

Además de su aporte a la seguridad náutica y su atractivo turístico, el Faro de Quequén también forma parte de la historia cinematográfica nacional, ya que aparece en algunas escenas de las películas “La Dama y el Mar”, del director Mario Soffici, con la actuación de Zully Moreno; y “El camino de los sueños”, del director Javier Torres, entre otras.